El triunfo de Luis Fabián Artime en las elecciones de Belgrano de Córdoba, pegó fuerte en la política cordobesa y ofreció una confluencia inesperada. Dirigentes del intendente peronista de la capital provincial, Martín Llaryora; pero también de su antecesor radical Ramón Mestre; delasotistas y cercanos al albertista Carlos Caserio, confluyeron en el palco de la celebración. "Yo vencí la grieta", se regodeó el goleador.

Aunque como reveló LPO, la lista de Artime está copada por empresarios, también tuvo un importante aporte de la política: la presidente del Tribunal de Cuentas de la Municipalidad de Córdoba, la peronista Miriam Aparicio, compartirá la mesa de los secretarios de Artime junto a Juan Negri, el jefe de la primera minoría en el Concejo Deliberante (Juntos por el Cambio); primer amalgama imposible de imaginar en la ciudad donde la primera cuida los números de Martín Llaryora y el segundo los cuestiona con dureza.

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En esa mesa, junto a ellos, estará sentado Rodrigo Rufeil, actual legislador de Hacemos por Córdoba y referente de Carlos Caserio en el departamento Colón, el segundo en peso electoral. A Rufeil lo denunció penalmente por supuesto enriquecimiento ilícito en su paso como intendente de La Calera Elisa Carrió, una de las grandes socias de Mario Negri, el padre de Juan, en la mesa chica de Juntos por el Cambio.

La nueva conducción de Belgrano de Córdoba hará convivir en su mesa directiva al legislador peronista Rodrigo Rufeil -denunciado por enriquecimiento ilícito por Cambiemos- y al concejal de esa fuerza, Juan Negri. También convivirán la peronista que controla las cuentas de la Capital y el jefe de la oposición.

Durante la campaña, Federico Racca, el subsecretario de Cultura de la Municipalidad de Córdoba, recibió en su despacho (y posó con él para la foto) a Artime, acompañado de Aparicio y varios integrantes de su lista. La foto se leyó como un apoyo del peronismo al ex goleador. A los minutos de conocerse el triunfo de Artime, apareció en los festejos Miguel Siciliano, secretario de Gobierno de Llaryora (y confeso hincha de Talleres).

Quien encaró las acciones de prensa durante la campaña de Artime fue Andrea Ortíz Arrigoni, histórica colaboradora de Ramón Mestre desde que éste comenzó su camino político como concejal en 2007. Luego lo acompañó en el Senado y en sus dos períodos de intendente. Mestre, vale recordarlo, es hincha de Talleres y alguna vez dijo que fue uno de los fundadores de La Fiel, una de las barrabravas del club rival de Belgrano.

El exministro de Economía de José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti, Ángel Mario Elettore, tendrá a su cargo los mecanismo de control interno y transparencia de las cuentas del club, a través de Trasus, nombre de fantasía de Transparence and Sustainable Development.

Ángel Mario Elettore, e ministro de Economía de De la Sota y titular de Trasus, la firma que controlará las cuentas de Belgrano de Córdoba.

Desde que abandonó el gobierno, tanto él como Trasus ofrecen servicios de consultoría a varios organismos provinciales: el año pasado la facturación al Gobierno de Córdoba fue de 11,5 millones de pesos y de 10,7 millones en 2019. No es el único cliente: la empresa de la familia Elettore también asesora varios municipios, como por ejemplo Villa María, patria chica de Martin Gill, intendente en uso de licencia y secretario de Obras Públicas de la Nación.

En el actual equipo económico de Córdoba hicieron fuerza por el derrotado Armando Pérez: Mariano Méndez, el titular de la Caja Previsional y uno de los hombres de confianza del ministro Osvaldo Giordano, sucesor de Elettore, integró la lista perdedora. En el "peronismo técnico" los dos mantienen una larga disputa respecto de las formas de llevar las cuentas de la Provincia.

El rol de Elettore no será secundario en Belgrano, por la llegada del jugador más importante de los negocios del fútbol en la actualidad: Christian Bragarnik.

La conducción de Artime abre las puertas del club a Christian Bragarnik, acaso uno de los hombres más poderosos del fútbol argentino, definido por el diario el El País como: "Un titiritero del poder de la AFA". Ya ubicó como DT a Alejandro Orfilia.

Dicen las crónicas del fútbol que el 18 de diciembre de 1999 fue el día más triste en su vida profesional: dejó de jugar a la pelota en Yupanqui, que esa tarde vapuleó a Atlas, en la última fecha del Torneo Apertura de la Primera D. Pese a llevar el 9 en su espalda, no convirtió ninguno de los siete goles que anotó su equipo aquella tarde.

Tras el fracaso deportivo, Bragarnik se transformó en uno de los hombres más poderosos del fútbol argentino: "Un titiritero del poder de la AFA", lo describió recientemente El País de España, en un artículo sobre su desembarco como principal accionista del Elche. No en vano fue el último representante de Diego Armando Maradona.

A horas de ser electo Artime, el nombre de Bragarnik resuena con más fuerza: ubicó como flamante DT "celeste" a Alejandro Orfilia y uno de sus colaboradores en la empresas de representación de jugadores, Mauro Óbolo, será secretario técnico del club.